No obstante, Satán no nos lo puso nada fácil y de ahí su nombre. Al principio, creímos que era un pequeño demonio y empezamos a llamarlo Satán de broma, pero finalmente se le quedó el nombre. Con el tiempo, pudimos ver como Satán (Sati para los amigos) era un trozo de pan. Se llevaba genial con todos los gatos nuevos que entraban a su casa de acogida y cada vez se acercaba más su mami de acogida. Sin embargo, este cambio no fue hasta sus 7 meses que pudimos realmente buscarle una familia y tuvimos que hacerlo, con el objetivo de que la familia que lo adoptará aceptará que Satán era un compañero de gato ideal, pero quizás tardarían tiempo en poder tocarlo o incluso relacionarse con él. Fueron meses, en los que nadie comprendía su carácter y muchos gatos que habían llegado más tarde que Sati se iban antes que él. Pero el 2019 empezó dándonos una agradable sorpresa. José Antonio estaba buscando un compañero para su gatita que tenía 6/7 meses, ya que pasaba muchas horas fuera de casa y Satán era el ideal. De esta forma, Satán encontró a su ángel que lo comprendió, le dio espacio y Satán se dejo tocar mucho antes de lo que cualquiera hubiésemos podido imaginar.